RECETA BUÑUELOS DE CALABAZA
Los buñuelos de calabaza, o bunyols de carabassa en valenciano, son una de las recetas más típicas de las Fallas.
Ingredientes:
2 kilos de calabaza
10 gramos de levadura
1 kilo de harina
1 litro de agua
250 cc. de aceite
250 gramos de azúcar
Preparación
Hervir la calabaza o asarla en el horno. Una vez hecho esto, hay que triturarla hasta que quede una pasta suave.
Agregar agua a la harina, (es ideal usar el agua de la cocción de la calabaza), la mayor parte del azúcar y la levadura.
Dejar reposar un rato y añadir el puré de calabaza hasta que quede una sola masa suave.
Coger una sartén y poner abundante aceite para freír.
Esperar a que el aceite esté lo suficientemente caliente antes de formar los buñuelos.
Una vez que tenemos la masa lista, arrancar un pedazo de la misma y con el dedo hacemos un agujero en el centro, dejándolo caer inmediatamente en el aceite.
Repetir el procedimiento hasta acabar con la masa y retirar los trozos del aceite con una espumadera después de que se hinchen y doren.
Una vez listos, espolvorear los buñuelos con suficiente azúcar para que queden bien dulces.
La tortilla de patatas es un plato típico y característico de la cocina española.
Es un plato típico de la cocina española y característico ya que con su sabor proporciona una buena fuente de energía diaria. Es un plato perfecto para almuerzos y en ocasiones se consume en bocadillo o emplatado.
Según un escrito datado en 1817 dirigido a las Cortes de Navarra en el que se decía que en Pamplona consumían: dos o tres huevos en tortilla para seis comensales mezclando patatas, pan, etc. En otros textos señalan general Tomás de Zumalacárregui quien inventó la tortilla de patatas por obligación, ya que era un plato sencillo y nutritivo capaz de saciar el apetito del ejército carlista.
Es un plato excelente de la gastronomía española. Se come a porciones triangulares o en tapas con palillos.
Se pela la patata y se corta en láminas a rectangulos pequeños
Se pela la cebolla y se trocea corta en láminas a rectangulos pequeños
Se fríe la patata hasta que esté dorada
Se añade la cebolla en la sartén y se acaba de freir con la patata
Se abren los huevos y se baten con un tenedor en un bol o plato hondo
Se vierte el huevo batido en la sartén y se comprueba que cubra todo el espacio de la tortilla
Se da la vuelta a la tortilla en la sartén con un plato y ahora comprobamos que se fría la tortilla bien
Se extrae la tortilla con el plato que hemos usado anteriormente
Se puede probar la tortilla de patatas en algunos de los siguientes: bares de platos de tortilla de Valencia
Arroz con pulpo.
Ingredientes
2 tazas de arroz
1 pulpo pequeño cocido
1 tomate
1 pimiento rojo
1 cebolleta
2 o 3 dientes de ajo
5 tazas de caldo de pescado
1 cucharadita de pimentón de la Vera
1 cucharadita de cúrcuma
Sal
Aceite de oliva virgen extra
Elaboración
Lavamos y picamos finamente el pimiento rojo.
Rallamos el tomate.
Picamos la cebolleta.
Y los dientes de ajo.
Ponemos en la paella aceite de oliva virgen extra y añadimos los ajos, la cebolleta y el pimiento. Un poco de sal y sofreímos.
Hasta que comience a dorarse
Añadimos el tomate rallado
Mezclamos y dejamos que se fría el tomate
El pulpo ya cocido
Lo cortamos
Añadimos el pimentón
Incorporamos el pulpo
Y el arroz
Un poco de cúrcuma, que nos de color
Mareamos unos minutos.
Y añadimos el caldo,si el pulpo lo cocemos en casa, añadiremos el caldo de la cocción, pero como en esta ocasión ya lo compré cocido, le he puesto Caldo natural de pescado.
Ponemos cinco tazas de caldo, es decir, el doble y un poco más. Si fueséis a hacer un arroz caldoso tendréis que añadir más.
Mezclamos y dejamos que se cocine el arroz, unos 18 minutos, aunque dependerá del arroz.
Al principio a fuego fuerte, cuando empieze a hervir, lo bajáis un poco
Pasados en mi caso, 18 minutos, el arroz estaba listo. Apartamos del fuegoy dejamos reposar unos cinco minutos
Soria tiene un pasado pastoril y ganadero, esto hace que la gastronomía allí tenga muchas raices en este tipo de costumbres.
La mantequilla de Soria cuenta con una DO (denominación de origen) que la hace unica ya que se le añade azucar durante el proceso de elaboración.
La mantequilla se puede encontrar en pastelerías, panaderías y tiendas de alimentación.
Los torreznos son el tipico plato tradicional de fritura de Soria. Los torreznos son llamados también los langostinos de tierra.
Los torreznos o torrenillos, son tiras de panceta adobada y frita de una manera especial para conseguir una corteza lo más crujiente posible.
Las chuletitas de cordero es otro plato especial de la zona ya que son elaboradas a la brasa con un gusto y sabor característico.
Es un plato tradicional de los pastores. El Pan, troceado es rehogado en la sartén junto al pimentón, la manteca y el ajo.
En ocasiones también se añadían torreznos o chorizos. Aunque las auténticas migas sorianas se sirven con uvas.
El cordero, la cebolla, el ajo y algún tomate se cocinan a fuego lento, tradicionalmente en caldera de bronce y en fuego de leña
Se prepara cordero lechal a la brasa con un sabor exquisito.
Al ser una zona de valles y montañosa, existen muchas variedades de setas y boletus que son usadas en la gastronomía tipica de la zona.
En el siguiente enlace puedes encontrar algunos restaurantes de platos típicos de Soria.
Cabe destacar el agua de los manantiales de Bezoya famosos en la provincia y en diversas partes de España.
El palato tipico de Segovia es el cochinillo. La abundante ganadería, alguna de ella de ganados de Prádena, Riaza y Villacastín, proporciona abundantes platos de carne en la provincia.
Son famosos las preparaciones de asados como pueden ser el lechazo asado o el cochinillo. Es conocido el frite de carne de cordero de Pedraza.
Dentro de las preparaciones del cerdo debidas a las matanza del cerdo se tienen numerosos productos de chacinería: el lomo embuchado.
Una de las más conocidas es el chorizo de Cantimpalos se elabora con carne de cerdo, puesta en maceración con pimentón, ajo y orégano durante unos días,
al término de los cuales es embutida prietamente en tripas de cerdo. Entre sus ingredientes se cuentan el magro de cerdo, el lomo y el jamón.
Puede comerse tanto crudo como cocido.
Dentro de las preparaciones con huevo se encuentra la tortilla a la buenavieja que es una tortilla de huevo elaborada con pedazos de tocino de cerdo.
Los ríos serranos de las cercanas cumbres aportan la exquisita trucha (trucha a la segoviana), y las generosas huertas una variada y rica oferta de temporada. Entre las preparaciones de bacalao se tiene el bacalao a la sepulvedana de Sepúlveda. Curiosamente son conocidas las sopa de cangrejo (elaboradas con cangrejo de río).
Dentro de las legumbres segovianas, la más representativa es el judión de La Granja, una especie de judía de hoja más ancha que se cultiva en las huertas del municipio de Real Sitio de San Ildefonso, que durante las fiestas patronales de San Luis realiza la Judiada, que consiste en una preparación de una fabada multitudinaria con este producto. Se caracteriza por su gran tamaño.
Los garbanzos de Santa María la Real de Nieva, o de Santiuste son conocidos, así como los del municipio segoviano de Valseca. Todos ellos participan en los cocidos famosos en la gastronomía de la provincia como son los de Pedraza.3
Productos de huerta: las endibias, las remolachas, las patatas, tomates, los guisantes y fresas, siendo especialmente destacadas las que se cultivan en la comarca de El Carracillo, cuya producción representa más de un 60 % del total de la cosecha hortofrutícola de la provincia de Segovia.4 Por otro lado, destaca el cultivo de la achicoria, siendo la villa de Cuéllar la mayor productora del país.5 Finalmente dispone de gran prestigio a nivel nacional el ajo de Vallelado, que con sus 300 hectáreas de cultivo (el mayor de la provincia) lo convierten en el mayor productor de este alimento en Castilla y León, con un 70 % de la misma.6
Destacan algunos municipios por la riqueza micológica del entorno, pues las montañas que circundan los núcleos de población son muy ricas en especies micológicas como el níscalo (Lactarius sanguifluus) de temporada, los boletos o el champiñón, entre otras. En el terreno de los cereales cabe destacar la preparación del pan.
Uno de los elementos más representativos de la repostería segoviana es el delicado ponche segoviano, de cremoso interior y tostada apariencia. Las rosquillas segovianas, los mantecados de Sepúlveda, los bolillos de Carnaval. En Real Sitio de San Ildefonso es típica la torta de Valsaín que consiste en una masa similar al bizcocho, pero más aplanada, rellena de anises en grano y recubierta de azúcar, a la que en la zona de Cuéllar se le añaden chicharrones de la matanza del cerdo y es denominada torta de chicharrones.
Disponen de bodega de la denominación de origen Ribera del Duero.
La cocina de Avila tiene sus raíces en los productos de la tierra, en muchas carnes y excelentes legumbres que ponen de manifiesto influencias islámicas, hebreas y cristianas.
Uno de los platos mas conocidos es el "Chuleton de ternera Avileña"
Platos fuertes, cocina de cuchara, de guisos y de asados, que tiene sus principales bases en la agricultura y la ganadería.
La mayor parte de sus platos entrantes se hacen con hortalizas y legumbres que nos permiten poder degustar un buen cocido Moragueño, un repollo al ajo arriero, pimientos rellenos o las populares patatas ‘revolconas’, cocidas y machacadas, y aderezadas con pimentón y torreznillos. Tampoco podemos dejar de probar sus productos de matanza: el lomo, los chorizos de olla y las sabrosísimas morcillas.
Hornazos se hacen en casi toda Castilla, pero el punto que alcanzan los que se elaboran en Ávila es dificilísimo de alcanzar. Las chacinas parecen más sabrosas y el pan que las envuelve más suave.
En cuanto a la repostería nos ofrece una variedad de dulces típicos como las yemas de Santa Teresa, torrijas, amarguillos, huesitos, empiñonados, natillas, o tartas.
Algunos de los platos tipicos son:
Repollo al ajo arriero
Amarguillos
Empiñonados
Cabrito
Chorizos de olla
Lomo
Torrijas
Garbanzos de la Moraña
Huesitos
Judías Verdes
Pimientos
Tartas
Ternera de Ávila
Cochinillo o tostón asado
Cebollas rellenas
Chuletón de ternera avileña
Cocido moragueño
Patatas "revolconas"
¿Que comer en Burgos?
La gastronomía burgalesa se basa en la tradición y la calidad de su materia prima: las carnes, embutidos, legumbres, pan y buen vino son las bases de esta cultura gastronómica.
Uno de los productos más valorados de la gastronomía en Burgos es el cordero lechal, asado en horno de leña, o sus chuletillas a la brasa.
Un plato también muy típico de Burgos es la olla podrida, elaborada con alubias rojas (si son de Ibeas, mejor), con una aportación extraordinaria de productos del cerdo: chorizo, morcilla, costilla adobada, tocino... También admite este plato oreja del cochino, patas, rabo y, si se tercia, un poco de cecina de vaca.
La tradición manda en esta ciudad castellana, así que del cerdo se aprovecha todo. De la matanza, el producto más conocido es la morcilla de Burgos, elaborada con arroz, cebolla picada, pimienta negra, manteca, sal, además de la sangre del cerdo, todo ello embutido en la propia tripa del animal. Según las especias utilizadas pueden variar un poco, aunque todas son deliciosas. Si tuviéramos que elegir unas, particularmente nos quedaríamos con las de Cardeña.
La sopa castellana no es una típica sopa de ajo, aunque también lleve ajo. La sopa castellana se elabora, además, con una punta de jamón, huevos, chorizo, morcilla, aceite, pimentón y sal. Y para que su sabor resulte extraordinario, es necesario elaborarla y servirla en cazuela de barro. Es uno de los platos preferidos en la ciudad, sobre todo en el frío invierno.
En cuanto a la caza, predominan las especies autóctonas, como las codornices, perdices, jabalí, conejos liebres y corzos. Del río provienen las truchas, muy apreciadas en la cocina burgalesa, y los cangrejos de río, un plato también típico de la ciudad.
El queso de Burgos, con denominación de origen propia, es un queso fresco elaborado con leche de vaca. Si se sirve con miel y nueces se convierte en el denominado 'postre del abuelo'. Pero no es el único queso de la zona. También encontraremos ricos quesos curados, maduros y en aceite, elaborados con leches de vaca, de oveja o con mezclas.
El pan, tradicionalmente artesanal y elaborado en hornos de leña, adquiere un sabor extraordinario. Elaborado con trigo candeal es idel para consumirlo en seco, en sopas o en repostería.
Vinos de la Ribera del DueroY el vino... ¡Qué decir de los caldos provenientes de la Ribera del Duero! Ideales para acompañar y resaltar cualquier comida.
Si pasamos por Burgos en la época de fiestas (San Pedro y San Pablo, 29 de Junio) podremos asistir al Concurso del Buen Yantar, que se celebra el último día de fiestas en el parque de Fuentes Blancas. En este tradicional concurso (declarado de interés turístico) participan las peñas de la ciudad elaborando platos típicos. Cada año se elige un plato obligatorio.
Si queremos ir de tapas por Burgos, recomendamos hacerlo por la zona de la Plaza Mayor, principalmente por la calle de San Lorenzo y la Zona Sombrerería, donde tendremos variedad y calidad. Aquí, el precio del pincho no va incluído en la bebida, así que deberemos pagarlo aparte. Los pinchos más destacados son los tigres, las patatas bravas, los cojonudos (huevo de codorniz frito con chorizo picante encima) o la cojonuda (lo mismo uqe el anterior pero con morcilla en lugar de chorizo).
¿Que comer en Palencia?
El plato típico de Palencia es el lechazo. El lechazo palentino se prepara asado o entreasado en cazuela de barro y horno de leña, condimentado sólo con manteca de cerdo, agua y sal.
Las chuletillas de cordero es uno de los platos más exitosos de nuestra cocina, fritas o a la brasa. Más propia de la zona norte palentina y para combatir el frío invierno, es la cocina con gran contenido graso, principalmente la derivada del cerdo. En el mes de noviembre, después de haber estado cebando el cerdo todo el año, se realiza la tradicional matanza: morcillas y sopas de chichurro confeccionadas con sangre el animal, pan, cebolla y arroz, De los cursos altos del Carrión o del Pisuerga provienen las finísimas y famosas truchas, propias de primavera y verano. Secada con un paño y sin lavar, se trocea la trucha, se sala y se cubre de harina. En la sartén, con un poco de aceite de oliva, se disponen trozos de torreznos. Cuando sueltan la grasa se retiran e inmediatamente, se cocina la trucha a fuego fuerte para que quede dorada. Se retira y se sirve junto a los torreznos fritos.
Los caracoles son un plato típico que suele degustarse en la festividad de San Marcos, el 25 de abril, según el refrán popular: “los de abril para mí; los de mayo para mi amo; y los de junio para ninguno”. Después de reposar durante tres días en pan rallado y lavados varias veces, se disponen en la cazuela a cocer. Una vez cocidos se retira el agua y se les adereza con jamón, chorizo y huevo revuelto.
Los cangrejos, si es posible de Herrera de Pisuerga, guisados con tomate o con aceite, pimiento, ajo y pimentón, son uno de los manjares de esta tierra. El queso, semicurado o añejo, de oveja, de pata de mulo, de Baltanás, de Astudillo, de Quintana, Torremormojón o de la misma capital, siempre ha sido un postre tradicional de esta zona.
Palencia capital, enclavada en la zona sur de la provincia, disfruta de la rica gastronomía de la zona de Tierra de Campos y del Cerrato, destacando por encima de todo la Sopa Castellana y la Menestra Palentina.
La huerta de palencia ofrece una gran cantidad de productos: espárragos verdes, alcachofas, zanahorias, remolacha, coliflor, acelga, judía verde, berenjena, calabacín, guisantes, etc. siendo en junio el mes que estas verduras alcanzan su plenitud. Todas ellas guisadas con carne de magro de cerdo o ternera componen nuestra Menestra Palentina. La Sopa Castellana, se confecciona con rebanadas de pan de hogaza cortadas muy finas, puestas a cocer con agua, ajo y pimentón en cazuela de barro y dejadas a reposar a la lumbre. Una vez en su punto, se les añade huevo escaldado y tacos de jamón serrano con tocino. Se trata de un plato propio de los meses de invierno, con gran valor nutritivo. Una variante muy conocida dela Sopa Castellana es su versión con costra, que se produce al quemarse la parte superior en el horno de leña.
En verano destaca el Pisto, confeccionado con calabacín, tomate, ajo,huevos, cebolla, pimiento y aceite.
La gran variedad de revueltos que se cocinan en esta tierra, hacen de este plato elemento básico y reconocido de nuestra gastronomía.
Sus ingredientes principales son los huevos, a los que se añaden gambas, guisantes, champiñón, jamón, pimientos y espárragos.
En la capital también se disfrutan las cecinas de Villarramiel o los pichones de Tierra de Campos, preparándose estofados con zanahorias y pimientos verdes y acompañados de cebolletas y patatas fritas. De la misma manera se cocina “la caza” en época de media veda: la codorniz, considerada manjar de reyes, y la perdiz; la liebre y el conejo, levantada ya la veda.
En Semana Santa las Rosquillas de palo o bañadas, hojuelas con miel, en Carnavales; leche frita o torta de almendras, el tocinillo de cielo, etc., configuran una gran variedad de postres que siempre dejan buen sabor de boca.
Como escaparate de los buenos productos de Palencia se celebra el primer fin de semana de Octubre la feria Naturpal, donde se dan cita los mejores artesanos de los productos gastronómicos palentinos.
¿Que comer en Valladolid?
Los platos tipicos de Valladolid:
En la cocina de valladolid conviven recetas tradicionales y elaboraciones artesanas con los nuevos gustos por la innovación y siempre partiendo de una materia prima de primera calidad: lechazo, pan, piñones, espárragos, ajos, la lenteja pardina o el garbanzo castellano; quesos y lácteos, pichones, setas, los dulces, etc.
Lechazo Exquisito manjar y protagonista indiscutible de la gastronomía vallisoletana es el lechazo, alimentado exclusivamente con leche materna de la oveja churra (raza ovina originaria de Castilla y León), que se prepara asado en horno de leña, a la parrilla en pinchos o frito.
De renombre internacional y conocido en toda España: el pan de Valladolid, con una seña de identidad única por su sabor y blancura, ha conseguido el distintivo "Pan de Valladolid, Marca de garantía".
También hay que destacar el queso de oveja, que se elabora de manera artesanal: fresco, seco, curado o semicurado, en todos los rincones de la provincia así como otros derivados lácteos.
En cuanto a los guisos, es muy apreciada la lenteja pardina (avalada por el sello de Indicación Geográfica Protegida), de sabor suave, digestiva y de gran aporte energético; y el garbanzo castellano, imprescindible para preparar un buen "cocido".
Pan de Valladolid Los productos artesanales derivados del cerdo, embutidos y chacinería en general son dignos de saborear, siendo su gran estrella el cochinillo asado.
La provincia también nos ofrece carnes como el conejo, las perdices y la liebre, además de extraordinarios guisos de pollo de corral, gallo o gallina en pepitoria, y del pichón de Tierra de Campos, de carne tierna y sabrosa, que se acostumbra a guisar estofado.
Al amparo de los bosques de pinos crecen todo tipo de hongos, setas y níscalos y la Tierra de Pinares nos regala principalmente un manjar: el piñón, utilizado para enriquecer platos, dulces y repostería, alcanzando un lugar privilegiado en nuestra cocina.
Rica y variada la repostería vallisoletana nos deleita con rosquillas, mantecados y un sinfín de productos artesanales, como hojaldres, amarguillos y dulces de Navidad, subrayando los elaborados en conventos y monasterios.
Entre los productos frescos de nuestra huerta destacan lechugas y endibias para en ensaladas, así como el sabroso espárrago de Tudela, el puerro y el ajo castellano, blanco y carnoso, con el que se preparan deliciosas sopas.
Los numerosos eventos gastronómicos que se suceden durante el año como ferias, jornadas gastronómicas o mercados artesanales dan buena cuenta del amplio recetario vallisoletano, permitiendo degustar las recetas más típicas y adquirir la diversidad de productos elaborados por los propios artesanos.
Vino D.O. Cigales La riqueza vitivinícola de la provincia de Valladolid, la posiciona como la única provincia española cuyo territorio acoge 5 Denominaciones de Origen: Rueda, Ribera del Duero; Cigales, Toro y Vinos de la Tierra de León, además de otros sellos de calidad como los Vinos de la Tierra de Castilla y León. Insuperables vinos blancos; potentes vinos tintos; frescos rosados y espumosos...
La calidad de los vinos de esta provincia es fruto del buen hacer de nuestras gentes y bodegueros a la hora de labrar la tierra, cuidando con esmero las cepas o mimando el vino una vez que se encuentra en las barricas. Un arduo trabajo que actualmente, los amantes y curiosos del mundo del vino pueden conocer gracias a las visitas que pueden realizarse a las bodegas de los 5 territorios vinícolas.
El territorio vallisoletano posee una historia llena de elementos vinculados con el mundo del vino y actualmente pueden visitarse antiguas bodegas llenas de historias que se integran y conviven con otras más modernas e incluso "futuristas"; centros y aulas de interpretación del vino; museos.. y como no practicar el buen arte de la cata en cualquiera de estos rincones vinícolas.
El enoturismo o turismo enológico tiene como objetivo potenciar y gestionar la riqueza vitivinícola de una determinada zona, en este caso de la Provincia de Valladolid, y por eso, la Institución Provincial, en el año 1999, apostó por este sector con la creación del Museo Provincial del Vino en el castillo de Peñafiel, cita obligaba para los amantes de la cultura del vino y referente enoturístico que ha servido de dinamizador turístico y económico a la provincia.
¿Que comer en Zamora?
El producto más conocido de la gastronomía zamorana es el vino de Toro, Denominación de Orígen.
Destacan otras dos Denominaciones de Orígen, la de Arribes y Tierra del Vino de Zamora.
También los Vinos de Calidad Valles de Benavente.
El Queso Zamorano, s un sabroso queso de oveja con un olor inconfundible.
La Ternera de Aliste y la harina de mezcla tradicional.
El ajo y el pimentón están muy presentes en la cocina zamorana, por ejemplo en el Arroz a la zamorana.
Los platos más típicos de Zamora son el bacalao salado y seco en sus múltiples variantes, como el Bacalao al "ajo arriero", los asados, las sopas de ajo.
Los platos destacados son los asados de cochinillos y corderos.
Los asados son principales estandartes de la cocina regional, pero no son los únicos. También hay que tener en cuenta otros muchos platos, elaborados con todas las clases de productos gastronómicos que enriquecen su cocina.
No hay más que estar presente en algunas de las jornadas que se dedican al cordero, al cerdo, a la caza, las setas, tomar parte en el ancestral rito de la matanza, o acudir a la Semana Internacional de la Trucha, por citar algunos ejemplos. Incluso en la literatura se han hecho numerosas apreciaciones a la cocina de la zona, y ya en el Cantar de Mío Cid se ponían de manifiesto las virtudes culinarias castellano-leonesas.
En Castilla, se prepara con tanto esmero la carne de cordero, liebre, conejo, perdiz, o cerdo, como unas migas, truchas o escabeches. Este mismo se muestra también en los dulces, que en ocasiones son tradicionales elaboraciones propias de los antiguos monasterios y conventos, de los que con frecuencia reciben el nombre: lazos de San Guillermo, yemas de Santa Teresa, toscas de la Virgen, bizcochos de San Lorenzo, virutas de San José... que muchas veces calman el hambre y son provisión de los peregrinos que hacen el Camino de Santiago.
Comida caliente para tierras frías
El botillo se compone de espinazo, costillar y rabo de cerdo, y abundante carne adyacente; se embute en el estómago del cerdo y se consume cocido y con patatas en un ritual de exaltación del producto. Chorizo picante y cecina son los entrantes que le preceden y según dice la tradición, a los que lo han comido alguna vez “todo se les vuelve suspirar por la golosina”.
Los embutidos y el jamón de Guijuelo y Ledrada, en Salamanca, la morcilla de Burgos, el farinato de Ciudad Rodrigo (Salamanca); las salchichas de Zaratán (Valladolid) y los chorizos de Villarcayo (Burgos) y Cantimpalos (Segovia) son un muestrario de la diversidad de productos del cerdo, que tradicionalmente fueron la principal fuente de proteínas de esta extensa región.
El jamón y el embutido de Guijuelo (de cerdo ibérico puro de bellota) es comparable al mejor Jabugo de Huelva o de Extremadura.
Castilla es tierra de palomares, que se dejan notar en el paisaje y la gastronomía. Los pichones, rellenos de boletus, asados solos o con una reducción de vino tinto, alternan con las perdices, que a la segoviana resultan excelentes, con las codornices albardadas.
Las sopas, ligeras, densas y sustanciosas, como la sopa de ajo, que mejora cuando se le escalfa un huevo; la de trucha, típica de las tierras del Órbigo de León; o la zamorana, que añade a la tradicional de ajo, tomates maduros y guindillas picantes, son un excelente medio de combatir el frío.
En ningún sitio de España se produce tal cantidad y variedad de legumbres: alubias blancas, pintas, rojas y negras, garbanzos castellanos y pedrosillanos, lentejas variadas, entre las que destacan las de la Armuña, protegida por Denominación de Origen. Con ellas se hacen excelentes platos, generalmente enriquecidos con carne de aves y productos de matanza. Merece destacarse el cocido Maragato, tanto por su particularidad de alterar el orden de los platos como por la composición y el cuidado con que se elabora.
Las truchas de León y Zamora tienen fama de ser las mejores de España. Aunque no muy grandes, porque las aguas frías no facilitan su desarrollo, sus músculos desarrollados le dan a este pez un excelente sabor.
Embutidos y jamones
Empanadas de influencia gallega en El Bierzo, hornazos recios en Ávila, Segovia y Salamanca, son comida campera con raíces, pero hoy se han convertido en platos de celebración que por su calidad merecen el ascenso gastronómico.
Los vinos castellano-leoneses adscritos a Denominación de Origen son los Cigales, Bierzo, Ribera del Duero, Rueda y Toro. El vino rosado es el rey dentro de la variedad Cigales, mientras que los Bierzo y Ribera del Duero son mayoritariamente tintos de intenso color de rubí y guinda, los Rueda, blancos de color amarillo paja con tonos acerado verdosos o dorados, jóvenes en general. Los vinos de D.O. Toro son tintos muy afrutados. Ribera del Duero es una de las mejores comarcas vinícolas del mundo, con el mítico Vega Sicilia a la cabeza.